Las instalaciones eléctricas son de extrema importancia, ya que pueden suponer un peligro para la sociedad.
Por esta razón, todas las empresas están obligadas a cumplir una normativa no solo para su puesta en marcha, sino también para su mantenimiento y conservación.
De esta manera, son necesarias revisiones periódicas para evitar problemas mayores.
Tipos de instalaciones eléctricas
Actualmente, podemos encontrar diferentes tipos en nuestro entorno. A grandes rasgos, podemos dividir estas instalaciones en función de su tensión o de su uso.
En primer lugar, existen las de baja tensión, las cuales se sitúan por encima de los 24 voltios y siempre por debajo de los 1000. Básicamente, están presentes a nivel doméstico y comercial.
En cambio, las de alta tensión las utilizaremos cuando precisemos de un alto voltaje para calentar los diferentes conductores.
Normalmente, las utilizan los grandes productores industriales, ya que necesitan una potencia superior a los 1000 voltios.
Finalmente, y aunque su eso es menos frecuente, también existen las instalaciones de muy baja tensión, cuya potencia es inferior a los 24 voltios.
Por otro lado, y dependiendo de su uso, podemos encontrar las instalaciones generadoras, destinadas a aprovechar otras fuentes de energía para producir electricidad, y las de transporte, las cuales aprovechan la fuente eléctrica para conectar diferentes construcciones.
No podemos olvidar las denominadas transformadoras. Estas tienen la finalidad de cambiar los diferentes parámetros de la electricidad, ya sea su tensión o su potencia.
Por último, las instalaciones receptoras son las antagónicas a las generadoras, ya que se encargan de recibir la energía eléctrica.
Legislación sobre mantenimiento de instalaciones eléctricas
La legislación sobre el mantenimiento de instalaciones eléctricas obliga a todas las de carácter público a someterse a revisiones y comprobaciones acerca de su funcionamiento.
Sin embargo, la última actualización del REBT 842/2002 deja claro en su artículo 2 que cualquier nuevo proyecto que pongamos en marcha (o se modifique o repare) deberá ser sometido a este tipo de intervenciones.
Por ello, si somos los titulares o propietarios, tenemos la obligación de mantenerlas en buen estado con el fin de que se puedan llevar a cabo revisiones eléctricas que garanticen su buen funcionamiento.
El Reglamento Electrotécnico para Baja Tensión (REBT) e Instrucciones Técnicas Complementarias (ITC) es la normativa que rige todo este tipo de revisiones.
A nivel municipal, también se tienen en cuenta varias ordenanzas (como la normativa UNE) y las reglas particulares de cada empresa.
Precisamente, el REBT deja claras cuáles son las mínimas condiciones que deben cumplir para garantizar un funcionamiento correcto que asegure la seguridad tanto de las personas como de los bienes situados alrededor de la instalación.
También hace hincapié en los mecanismos a seguir para conseguir la fiabilidad y la eficiencia económica.
Las guías técnicas para aplicar el REBT, el Reglamento de Eficiencia Energética en Instalaciones de Alumbrado Exterior (REEAE), así como las Instrucciones Técnicas Complementarias EA-01 a EA-07, son otros mecanismos legislativos que debemos tener en cuenta.
Sin embargo, las ya mencionadas guías técnicas, elaboradas por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, no son vinculantes y no son nada más que un manual de actuación.
La REBT se compone de tres partes principales: el Real Decreto 842/2002 y su articulado, las Instrucciones Técnicas Complementarias (ITC) y las guías técnicas de aplicación.
Además, el reglamento principal deja clara la obligatoriedad que tenemos como suministradores eléctricos de entregar toda la documentación que sea necesaria a la Administración pública.
En estos documentos se debe precisar el mapa de la propia instalación, las precauciones que se llevarán a cabo y aquellas situaciones en las que su uso sea limitado.
También se determina la persona que jugará el papel de instalador de baja tensión, que en este caso puede ser persona física o jurídica.
Tipos de inspecciones y revisiones eléctricas
Actualmente, podemos encontrar dos niveles de intervención:
– Por un lado, los instaladores autorizados están sujetos por contratos a una serie de verificaciones iniciales. Entran en escena en todas aquellas instalaciones en las que tenemos la obligación de incluir un contrato de mantenimiento.
– Por otro lado, los organismos de control autorizados tienen la potestad de realizar cada cinco años una revisión que verifique que se cumplen todos los requisitos de seguridad obligatorios para las instalaciones eléctricas.
Las instalaciones industriales, todos los locales de ocio y actividades recreativas, los locales de reunión y de carácter sanitario, así como los locales abiertos al público y que cuenten con gran altura también deben cumplir la normativa actual.
Las instalaciones eléctricas, su mantenimiento y sus revisiones periódicas son un elemento fundamental en la evolución de este tipo de ámbito para nuestras empresas.
Por esto, en función de la potencia, de su uso y de su antigüedad, las revisiones serán más frecuentes o menos. Sin embargo, dada la peligrosidad de la electricidad, el cumplimiento de la normativa se hace aún más importante.
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